El Pleno del Parlamento de Cantabria ha dado luz verde este lunes a la primera Ley de Juventud de la comunidad, un proceso que ha carecido de consenso dado que solo ha obtenido el respaldo del Partido Popular (PP) y del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), quienes lograron acordar un total de 55 enmiendas. La abstención del PSOE y el rechazo de Vox y del diputado no adscrito Cristóbal Palacio marcaron una jornada divisoria en el Hemiciclo.

Desde la bancada socialista, su postura ha sido de abstención, argumentando que el texto presentado es, en sus palabras, "cosmético y sin ambición", lo que constituyó una "oportunidad perdida" para la juventud de la región. Vox, por su parte, y Palacio, no han dudado en expresar su desacuerdo y votar en contra.

La ley, que abarca 35 artículos y distintas disposiciones, tiene como principales medidas la creación de un cupo específico de vivienda para jóvenes, así como ofrecer educación gratuita a aquellos estudiantes que demuestren criterios de excelencia. Además, se contempla un avance hacia la gratuidad del transporte público, especialmente para los residentes en zonas rurales, y se establecen compromisos para facilitar el acceso a la vivienda para los jóvenes mediante planes y programas específicos.

Las voces del PRC y del PP se han mostrado entusiastas en el Pleno al celebrar la aprobación de esta ley, que consideran como un paso hacia la modernización de las políticas juveniles en Cantabria, una de las pocas comunidades autónomas hasta ahora sin una regulación de este tipo. La consejera de Juventud, Begoña Gómez del Río (PP), enfatizó que la norma no está "atrapada en ideologías", sino que mira hacia el futuro, prometiendo "hechos tangibles" para más de 90.000 jóvenes de la región.

Rosa Díaz, del PRC, aseguró que se trata de una ley "necesaria", que considera a los jóvenes como un "colectivo vulnerable", destacando que a pesar de las reformas, se conserva la esencia del texto inicial y su enfoque en un Plan Integral de Juventud. La normativa promete regular diversas políticas relacionadas con la juventud, que hasta ahora estaban dispersas entre distintas consejerías, buscando así igualdad de oportunidades para todos, independientemente de su lugar de residencia.

Álvaro Aguirre, del PP, celebró lo que considera la mejor ley de juventud del país, afirmando que por fin se responde a una demanda social que había sido desatendida en administraciones anteriores. Criticó abiertamente a los socialistas, apelando a fallos en su gestión en el pasado, lo que calificó como "oportunidades perdidas".

El PSOE, en su rol de oposición, no escondió su descontento, presentando más de 70 enmiendas que fueron desechadas durante la tramitación. Jorge Gutiérrez, exdirector general de Juventud y actual diputado, lamentó que el texto final se haya alejado de lo que ellos consideraban una ley moderna y ambiciosa, argumentando que se han debilitado principios fundamentales del documento original.

Vox también ha expresado su preocupación por el contenido de la ley, sugiriendo que puede dar lugar a un "nuevo nacionalismo" en la región, mientras que el diputado no adscrito Cristóbal Palacio califica la ley de "innecesaria", sugiriendo que fomenta un sentido de privilegiar a la juventud innecesariamente.

En este envite político, se presentan dos visiones contrapuestas sobre el futuro de la juventud en Cantabria: una que busca integrar y empoderar a los jóvenes, y otra que se muestra escéptica sobre las medidas adoptadas, temiendo que no aborden adecuadamente las necesidades reales de los jóvenes en la comunidad.