24h Cantabria.

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Cantabria contabiliza 57 ocupaciones en el primer semestre de 2024, sumando un total de 458 desde 2019.

Cantabria contabiliza 57 ocupaciones en el primer semestre de 2024, sumando un total de 458 desde 2019.

En Cantabria, la problemática de la ocupación de inmuebles ha vuelto a ser protagonista en el debate social. Durante el primer semestre del año, se han registrado 57 ocupaciones, lo que eleva el total a 458 desde el año 2019. Este fenómeno abarca tanto el allanamiento de morada como la usurpación de viviendas, abriendo la puerta a un complejo entramado de realidades sociales que a menudo son simplificadas en el debate público.

La información fue revelada a través de una respuesta del Gobierno de España a una consulta realizada por los representantes del Grupo Popular en Cantabria, Félix de las Cuevas y Javier Noriega. Este hecho pone de manifiesto la continua preocupación de ciertos sectores políticos ante la situación de la vivienda en la región, un tema que toca la fibra sensible de muchas personas en un contexto de crisis habitacional.

Analizando los datos, observamos que el año más crítico en términos de ocupaciones fue 2021, con un total de 101 incidencias reportadas. Contrapuesto a esta cifra, 2020 fue el año más tranquilo, con solo 52 casos. Los números también reflejan que en 2019 hubo 85 ocupaciones, y en 2022 se documentaron 76, sugiriendo que, aunque las cifras fluctúan, la tensión sigue presente en la realidad de la propiedad y la vivienda en Cantabria.

El Gobierno hace hincapié en que el fenómeno de la ocupación está experimentando una "disminución lenta". Sin embargo, a pesar de la tendencia a la baja, persisten las campañas de “promoción y desinformación” que complican la percepción de la situación. Es esencial reflexionar sobre cómo estos discursos pueden influir en la opinión pública y en las políticas de vivienda a largo plazo.

A escala nacional, las cifras también apuntan a una baja general en los casos de ocupación, con un descenso del 2,9% en 2022, seguido por una significativa caída del 8,8% en 2023 en comparación con el año anterior. Estos datos ofrecen una perspectiva más matizada de un fenómeno que, aunque preocupante, parece estar en proceso de estabilización, aunque aún queda mucho por hacer para abordar las causas subyacentes que alimentan esta problemática.