La reciente investigación de la Guardia Civil en Cantabria ha llevado a la detención de cinco jóvenes entre 19 y 22 años, en el marco de una operación contra un grupo delictivo que se dedicaba al robo y tráfico de cobre. Se estima que el grupo ha logrado sustraer alrededor de 600 kilos de este metal, proveniente del cableado del alumbrado público en varias localidades, entre junio y septiembre de este año.

El procedimiento delictivo de la banda se desveló tras varias detenciones realizadas en un centro de reciclaje. En esta operación, las fuerzas del orden recuperaron aproximadamente 200 metros de cable y 150 kilos de cobre, vinculados con al menos diez delitos de robo, uno de estos en grado de tentativa, en áreas de El Astillero, Villaescusa, Camargo y Santa Cruz de Bezana.

Según los informes, los detenidos llevaban a cabo sus fechorías abriendo farolas y arquetas para acceder al cableado, realizando cortes cuidadosamente al caer la tarde y robando el material bajo la cobertura de la oscuridad de la noche. Este modus operandi les permitía actuar de forma astuta para evitar ser detectados.

Además, los investigadores descubrieron que el grupo limpiaba los cables robados en un paraje boscoso de Villaescusa, donde se dedicaban a quemar el revestimiento plástico en un intento de quedarse solo con el cobre puro, facilitando así su venta posterior en los centros de reciclaje.

El rastreo policial culminó en tres detenciones en septiembre y con el resto en octubre; durante estos operativos, se logró recuperar un total de 200 metros de cable robado en Santa Cruz de Bezana. La señalada oficina de recuperación de residuos también fue clave para la intervención de esos 150 kilos de cobre de dudosa procedencia, añadiendo un capítulo más a esta preocupante historia de delito ambiental y económico que afecta a la comunidad local.