La investigación sigue abierta
SANTANDER, 8 May.
La Guardia Civil ha llevado a cabo la operación 'Sanandres' en la que ha detenido a dos personas por la comisión de al menos 93 robos con fuerza en iglesias de hasta 82 localidades distintas de Cantabria, Asturias y Palencia. Se han intervenido 140 efectos religiosos y dinero en efectivo sustraído de las colectas en las iglesias.
Los detenidos, de 41 y 45 años, son vecinos de Villacarriedo, y los consideran presuntos autores de 88 hechos delictivos en Cantabria, cometidos en 77 localidades, la mayoría de ellas con poca densidad poblacional. Además, cometieron cuatro robos en Asturias y uno en Palencia.
La investigación sigue abierta, según ha informado este lunes en rueda de prensa la delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones, acompañada por el coronel jefe de la Guardia Civil, Antonio Orantos, y el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge.
La investigación comenzó en diciembre de 2022, después de que se cometieran los primeros robos en varias iglesias de Cantabria, y se extendió hasta el pasado mes de abril. En aquel momento, se detuvieron a dos personas que pasaron a disposición judicial, aunque quedaron en libertad con cargos.
Las primeras pesquisas aportaron poca información, dado que los agentes se encontraron con diferentes 'modus operandi', como el apalancamiento de puertas y ventanas, y el forzamiento de rejas, que los autores cambiaban a menudo, mejorando sus técnicas e incluso inhabilitando sistemas de seguridad.
El objetivo principal de los robos ha sido siempre el dinero, como el sufrido en el Santuario de Valvanuz, donde se sustrajeron unos 1.000 euros procedentes de los donativos del belén navideño. No obstante, también se han denunciado robos de otros objetos eclesiásticos, presumiblemente para su posterior venta.
Las investigaciones determinaron que los presuntos autores eran una pareja. La mujer era quien realizaba un estudio previo de los templos que posteriormente eran asaltados, en los que se causaron daños de consideración.
Para perpetrar los robos, se detectó el uso de hasta cuatro diferentes vehículos, realizando largos y diferentes recorridos para intentar eludir la acción de la Guardia Civil.
En el registro domiciliario se intervinieron unos 140 efectos de índole eclesiástica, entre los que destacan imágenes, estuches con óleos, pequeños cofres con llaves de los sagrarios, relicarios porta oleas, llaves de templos, instrumental de sonido y dos bases de madera tallada para los féretros.
También se hallaron gran cantidad de monedas de pequeño valor de las colectas y limosneros de las iglesias, así como diversa herramienta susceptible de ser utilizada en los robos como palanquetas de diferentes tamaños, un gato hidráulico, destornilladores, alicates, y un visor nocturno.
La Guardia Civil sospechaba de que, ante el inicio del Año Jubilar Lebaniego en el Monasterio de Santo Toribio, con el aumento de peregrinos y donativos en las iglesias situadas a lo largo de este camino, podían aumentar nuevamente los robos.
El operativo dispuesto para la seguridad del Camino Lebaniego permitió que durante una noche una patrulla diera el alto al vehículo sospechoso en la localidad de Tama, en Cantabria.
Días más tarde, en la localidad cántabra de Quijas, otra patrulla de la Guardia Civil identificó a la misma pareja llevando en el vehículo herramientas similares a las de Tama.
Con todas las pruebas, y ante la sospecha del inicio de una nueva oleada de robos en iglesias, se dispuso un operativo que permitió identificar al hombre sospechoso conduciendo un vehículo en el que ocultaba herramientas que podían ser utilizadas para robar, siendo detenido.
Seguidamente, se detuvo a la mujer en su domicilio de Villacarriedo, realizándose posteriormente un registro de la vivienda donde los agentes encontraron efectos procedentes de los robos realizados en las iglesias y unos 1.000 euros en efectivo, así como herramientas utilizadas en los robos.
Las diligencias fueron remitidas al Juzgado de Instrucción número 2 de Medio Cudeyo (Cantabria).