El fiscal decide mantener a Blanco durante diez meses por acoso a Ordóñez, alegando motivos más allá de lo político.
El fiscal ha mantenido su petición de condena de diez meses de cárcel para el exsecretario general de Podemos Cantabria, José Ramón Blanco, por acoso continuado a su compañera de partido y portavoz del grupo parlamentario, Verónica Ordóñez. El fiscal argumenta que las palabras "menospreciativas" y el tono agresivo utilizado por Blanco hacia Ordóñez no tienen relación con la lucha política y van más allá de un simple juego de poder entre facciones. Además de la pena de cárcel, la fiscalía también solicita una multa de 5.400 euros.
La acusación particular también ratifica sus conclusiones y solicita siete meses de prisión por un delito contra la integridad moral y tres meses más por otro de lesiones psíquicas. Además, piden un total de 14.627 euros en concepto de responsabilidad civil.
Por su parte, la defensa insiste en la absolución de Blanco y argumenta que se deben aplicar las dilaciones indebidas muy cualificadas debido a que el juicio se ha llevado a cabo tres años y nueve meses después de la primera vez, antes de la pandemia del Covid-19.
El juicio fue anulado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria debido a "dudas" sobre la "imparcialidad" del juez de lo Penal 2, José Hoya Coromina, que había dictado una sentencia absolutoria en febrero de 2020. El nuevo juicio se pospuso dos veces, primero por la huelga de letrados de justicia y luego por una citación incorrecta de uno de los testigos.
En la última sesión del juicio, Belén Millán, exsecretaria de Igualdad y Feminismos de Podemos Cantabria, testificó y afirmó que no presenció insultos ni humillación durante su trabajo en la Cámara. Millán señaló tensiones entre las facciones políticas del partido, pero afirmó que no se habían permitido insultos o humillaciones.
El fiscal argumenta que las expresiones utilizadas por Blanco eran innecesarias y trascendían la lucha política. Además, se refiere a informes médicos y forenses que confirman que Ordóñez sufría de ansiedad y depresión, un diagnóstico difícil de simular.
La acusación particular destaca la persistencia y verosimilitud del testimonio de Ordóñez, así como la corroboración de varios testigos. Afirman que Blanco desplegó una campaña de hostigamiento que generó angustia y pánico en la víctima.
Por su parte, la defensa sostiene que no se han acreditado los hechos y que, incluso si se demuestran, no constituirían los delitos por los que Blanco ha sido acusado. Argumentan que las declaraciones hechas a terceros y los deseos expresados no son delito, y desestiman las supuestas expresiones de Blanco como humor negro y jocoso.
En conclusión, el juicio ha quedado visto para sentencia y ahora será responsabilidad del tribunal dictar una resolución basada en las pruebas y los argumentos presentados.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.