El informe elaborado por Mutua Montañesa revela que las jornadas de trabajo perdidas en Cantabria ascendieron a 1,36 millones en los primeros cuatro meses de 2024, lo que representó un aumento del 10,8% en comparación con el mismo período del año anterior.

La incidencia del absentismo laboral ha tenido un impacto económico negativo de 228,3 millones de euros en las empresas regionales, un incremento del 21,6% respecto al año anterior, según los datos presentados en una jornada organizada por Mutua Montañesa en colaboración con CEOE-Cepyme.

De las jornadas perdidas, el 13% se debieron a bajas laborales relacionadas con accidentes de trabajo o enfermedades profesionales, mientras que el 87% fueron por contingencias comunes.

En total, 11.280 trabajadores faltaron al trabajo diariamente durante los primeros cuatro meses del año, con una media de 6,03 días de ausencia por trabajador.

En cuanto a las contingencias profesionales y comunes, el informe destaca que mientras los accidentes de trabajo disminuyeron en un 2,88%, el absentismo por contingencia común aumentó un 11,85% en incidencia y un 16,72% en prevalencia.

El informe también señala un aumento en las patologías psicosociales y músculo-esqueléticas como causas del incremento en el absentismo laboral.

Las jornadas laborales perdidas representan un incremento del gasto por incapacidad temporal del 21,69% para las empresas cántabras, llegando a los 228.346.502 euros en los primeros cuatro meses de 2024.

El Observatorio de Absentismo Laboral anticipa una "perspectiva de mejora" en las bajas por Accidente de Trabajo y un "continuo empeoramiento" en las que responden a la Enfermedad Común.

La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, resalta la importancia de abordar el problema del absentismo laboral a través de la colaboración público-privada y destaca las medidas adoptadas por su Gobierno para prevenir riesgos laborales y mejorar la salud en el trabajo.

Entre las medidas destacadas se encuentra la estrategia consensuada con CEOE, CCOO y UGT a través del Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo, que ha visto resultados positivos en la reducción de la siniestralidad laboral.

Otras medidas incluyen la agilización de los procesos asociados a las bajas laborales, el aumento de la contratación de psicólogos en Atención Primaria y la implementación de contratos de gestión en Atención Primaria que asocien incentivos al cumplimiento de indicadores, como la Incapacidad Temporal.