El Ayuntamiento de Santander ha anunciado que tomará una decisión sobre la delimitación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) el próximo año. Antes de tomar cualquier tipo de planteamiento al respecto, recabará todos los datos necesarios para respaldar dicha decisión. El concejal de Movilidad Sostenible, César Díaz, ha destacado que la ciudad no tiene problemas de calidad del aire y que esta medida no es la única solución.
La ZBE tiene como objetivo mejorar la calidad del aire a través de la restricción de la circulación de los vehículos más contaminantes. Díaz considera importante contar con datos precisos sobre la calidad del aire actual antes de plantear cualquier medida. Según las mediciones de las estaciones del CIMA, Santander no tiene problemas de calidad del aire, por lo tanto, cada ciudad debería establecer sus propias metas de mejora y las medidas necesarias para lograrlas.
El concejal ha enfatizado la importancia de no causar problemas innecesarios a las personas sin saber cómo afectarán esas restricciones en el tráfico. Insiste en que todas las medidas deben tener un objetivo concreto y mejorar lo que ya se tiene. El Ayuntamiento sigue con la hoja de ruta establecida y cumpliendo los plazos establecidos por los fondos europeos para la implantación de las zonas de bajas emisiones.
En este sentido, se están instalando sensores para recopilar datos que permitan modelizar la situación actual y evaluar el impacto de las restricciones de tráfico en la calidad del aire. El próximo año se tomarán decisiones basadas en estos datos. Díaz afirma que esta hoja de ruta es compartida por la mayoría de las ciudades, que consideraron incoherente el planteamiento de tener delimitadas las zonas de bajas emisiones a partir del 1 de enero.
El concejal explica que, debido a esto, solo unas pocas ciudades tienen actualmente zonas de bajas emisiones definidas correctamente. La implantación de estas zonas no debe hacerse por obligación, sino para lograr una mejora específica en la calidad del aire. Si esa mejora ya se ha conseguido, se deben considerar otras opciones en lugar de implementar una zona de bajas emisiones.
Díaz destaca que la eficacia de las zonas de bajas emisiones no es la misma en todas partes y que existen diferentes caminos para lograr mejoras en la calidad del aire. Si ya se ha logrado esa mejora, no es necesario generar problemas adicionales. El Ayuntamiento no tiene problemas con respecto a las ayudas de los fondos europeos para la mejora de la calidad del aire y sigue cumpliendo con la planificación establecida.
En conclusión, el Ayuntamiento de Santander tomará una decisión sobre la delimitación de la Zona de Bajas Emisiones el próximo año, después de recopilar todos los datos necesarios. Considera que la ciudad no tiene problemas de calidad del aire y que esta medida no es la única solución. Insiste en la importancia de establecer objetivos concretos y mejorar lo que ya se tiene. El Ayuntamiento sigue cumpliendo los plazos establecidos por los fondos europeos y garantiza que no ha habido incumplimientos hasta el momento. En definitiva, se busca una solución efectiva que mejore la calidad del aire sin generar afecciones innecesarias a la población.