En un trágico accidente en la calle Castelar de Santander, dos conductores han sido condenados a cinco y cuatro años de prisión, respectivamente, por su participación en la muerte de un joven motorista. Uno de ellos fue el autor material de la colisión, mientras que el otro fue considerado como cooperador necesario en el suceso, ya que ambos conducían a gran velocidad en el centro de la capital en lo que parecía ser una carrera ilegal.

El jurado popular emitió un veredicto unánime declarando culpables a ambos conductores tras cerca de 12 horas de deliberación. La sentencia, emitida por la Audiencia Provincial de Cantabria y obtenida por Europa Press, los condena por varios delitos contra la seguridad vial y homicidio imprudente, destacando la reincidencia en el que fue considerado autor material.

Además de las penas de prisión, ambos deberán indemnizar a los familiares de la víctima con cerca de 350.000 euros. El principal acusado, cuyo Audi negro chocó con la moto, también deberá pagar una multa de casi 6.000 euros, mientras que el segundo implicado, que conducía un Golf rojo, recibirá una multa de más de 4.000 euros.

Como parte de la sentencia, se les ha prohibido a ambos conducir vehículos a motor durante diez y ocho años, respectivamente, lo que implica la retirada efectiva de sus carnés de conducir.

El autor material del accidente, B.B., cuenta con antecedentes penales relacionados con la seguridad vial, lo que agravó su condena por manifestar desprecio por la vida de los demás. Por su parte, el segundo conductor, A.B., enfrenta los mismos delitos pero sin la circunstancia agravante. Desde el accidente, el primero se encuentra en prisión provisional.

Según el testimonio del jurado, los dos conductores iniciaron una carrera ilegal en las calles de Santander, superando los límites de velocidad permitidos y poniendo en peligro a otros usuarios de la vía. La colisión resultante causó la trágica muerte de un joven de 19 años.

Este caso es un recordatorio de los peligros de conducir de manera temeraria y sin respetar las normas de tráfico establecidas. La justicia ha sido implacable con los responsables de este trágico accidente, enviando un mensaje claro de que este tipo de comportamientos no serán tolerados en nuestras carreteras.