Cantabria es una región rica en patrimonio cultural y arquitectónico, especialmente en lo que se refiere a la preservación de edificaciones de siglos anteriores. Un ejemplo de ello son las comillas, una tipología arquitectónica que se puede encontrar en distintos puntos de la costa cantabra.
Las comillas son construcciones típicas de la arquitectura marinera, que se caracterizan por estar formadas por dos cuerpos: uno principal que alberga la vivienda y otro, más pequeño, que sirve de almacén o cobertizo. Se pueden encontrar en zonas costeras de distintos lugares de España, aunque en Cantabria sobretodo en la zona de Noja.
Las comillas son edificaciones con una larga historia que se remonta a la época en que las actividades pesqueras cobraron gran importancia en la costa cantabra. Estos edificios servían para alojar a las familias de los pescadores, así como para almacenar las redes y otros utensilios que se utilizaban para la pesca. Con el tiempo, se ha convertido en un símbolo de la arquitectura costera cántabra.
Las comillas se caracterizan por su disposición en forma de "L", siendo el cuerpo más grande la vivienda y el más pequeño el almacén. Se construyen con mampostería y sillería, con cubiertas de teja, y suelen tener un pequeño balcón en la parte superior.
En la costa cántabra se pueden encontrar numerosos ejemplos de comillas, especialmente en la zona entre Noja y Santoña, aunque también hay ejemplos en otros lugares como Suances o Santander.
Noja es uno de los lugares donde se pueden encontrar más comillas en la costa cántabra, especialmente en la zona denominada Helgueras. Muchas de estas construcciones se han conservado a lo largo del tiempo y se pueden ver perfectamente desde la carretera que va hacia Santoña.
En Santoña se pueden encontrar varias comillas, aunque no tantas como en Noja. Entre las más destacadas se encuentran las que se sitúan en la calle del Marqués de Manzanedo y las que se sitúan en la calle Santander.
En los últimos años se ha llevado a cabo un importante trabajo de restauración y conservación de las comillas en la costa cántabra. Muchas de estas construcciones estaban en un estado de deterioro avanzado, y gracias a las intervenciones realizadas se han conseguido recuperar como patrimonio histórico y arquitectónico de la región.
La costa cantabra ofrece diversas actividades relacionadas con las comillas y la arquitectura marítima en general, desde visitas guiadas a estas construcciones, hasta rutas por los puntos más emblemáticos de la costa cántabra. Noja, por ejemplo, cuenta con una ruta de las comillas que se puede visitar a pie o en bicicleta, y que ofrece una visión completa de estas edificaciones tan singulares.
Las comillas son un ejemplo más del patrimonio cultural y arquitectónico de Cantabria, y su preservación es fundamental para mantener vivo este legado histórico. Visitantes y turistas pueden disfrutar de estas construcciones únicas en cualquier época del año, y conocer de primera mano uno de los aspectos más destacados de la cultura y el patrimonio de la costa cantabra.