La cueva del Chufín es una joya arqueológica situada en Cantabria que ha sido testigo de la presencia humana durante miles de años. Esta cueva, ubicada en la comarca de Saja-Nansa, es una atracción turística de gran importancia en la región gracias a sus magníficas pinturas rupestres que datan del periodo del Solutrense al Magdaleniense. Si estás pensando en visitar la cueva del Chufín, aquí tienes toda la información que necesitas para sumergirte en la fascinación de este lugar.
La cueva del Chufín es conocida por sus pinturas rupestres, testigos del momento en el que el hombre comenzó a representar su entorno a través de la creación artística. Las pinturas de esta cueva están distribuidas en dos salas principales, la sala central y la sala de las figuras. Ambas salas albergan un gran número de representaciones animales, figuras antropomorfas e incluso representaciones de escenas cotidianas de la época. La calidad de las pinturas, así como su estado de conservación, las convierten en una de las grandes joyas del arte prehistórico en la península ibérica.
La cueva del Chufín es un lugar que ha sido habitado por el hombre desde hace miles de años. Las investigaciones arqueológicas realizadas en la cueva han encontrado vestigios de la presencia humana desde el periodo del Solutrense al Magdaleniense. Específicamente, los restos encontrados indican que la cueva del Chufín fue habitada durante los periodos Gravetiense, Solutrense, Magdaleniense inferior y Magdaleniense superior.
En 1908, la cueva del Chufín fue descubierta por el arqueólogo Juan Cabré que, como otros de su época, tenía gran curiosidad por conocer los incipientes rastros de la prehistoria. Más tarde, en 1911, Cabré llevó a cabo las primeras excavaciones arqueológicas de la cueva.
La cueva del Chufín se encuentra en la comarca de Saja-Nansa, al norte de Cantabria. Es fácilmente accesible desde cualquier punto de la región y existe una buena comunicación tanto en transporte privado como público.
Para llegar en transporte privado, debes tomar la carretera autonómica CA-281 hasta el pueblo de Riclones. Una vez en Riclones, debes girar a la derecha por una carretera que lleva a la cueva del Chufín. El acceso a la cueva está señalizado y hay un aparcamiento en las inmediaciones.
En cuanto al transporte público, existen varias líneas de autobuses que conectan con la cueva del Chufín. Desde cualquier punto de Cantabria, puedes tomar un autobús que se dirija hacia el municipio de Val de San Vicente o hacia el puerto de San Vicente de la Barquera. En ambos casos, debes bajarte en el pueblo de Riclones y caminar cinco minutos para llegar a la cueva.
Si ya estás en la cueva del Chufín, es hora de disfrutar de tu visita. La cueva, que cuenta con una longitud total de 230 metros, se visita a través de una galería habilitada para este fin. Los recorridos son guiados y cuentan con sistemas de iluminación que permiten apreciar perfectamente las pinturas rupestres. La temperatura interior de la cueva es de unos 13 grados, por lo que es aconsejable llevar ropa de abrigo.
Además de las pinturas rupestres que son el principal atractivo de la cueva del Chufín, hay otros muchos elementos que se pueden conocer durante la visita. Por ejemplo, en la sala central de la cueva, se pueden apreciar formaciones de estalactitas y estalagmitas que han ido apareciendo a lo largo del tiempo gracias a la acción del agua.
Asimismo, en la sala de las figuras de la cueva del Chufín se pueden ver numerosas huellas de manos sobre la pared, así como diversas formas geométricas que podrían ser interpretadas como mapas o como representaciones simbólicas.
La cueva del Chufín es un lugar que no deja a nadie indiferente. Sus pinturas rupestres, así como la historia que esconden, son un gran motivo para visitar este lugar durante tu estancia en Cantabria. Además, la cueva cuenta con una buena accesibilidad, es fácilmente visitable y cuenta con varios atractivos que la hacen aún más interesante. En definitiva, si estás planeando una visita a la región, no puedes dejar de incluir la cueva del Chufín en tu itinerario.