
El gobierno de Cantabria ha dado un paso crucial para la gestión de residuos peligrosos al anunciar la creación de un vertedero específico para residuos de amianto, lo que facilitará el manejo de los restos contaminantes provenientes de la demolición de la antigua Residencia. Esta medida busca no solo proteger el medio ambiente, sino también optimizar los costos asociados a la complicada tarea de retirada de materiales peligrosos.
Durante la sesión del Parlamento, César Pascual, consejero de Salud, destacó que, en lugar de enviar estos residuos a Zaragoza, se optará por su depósito en Cantabria, lo que permite una reducción significativa del presupuesto destinado a las labores de demolición del edificio. Esta decisión no solo alivia las cargas económicas, sino que también asegura un manejo más local y eficiente de los materiales peligrosos.
La revelación tuvo lugar en respuesta a una interpelación del PSOE, donde el exconsejero Raúl Pesquera recordaba la promesa hecha hace un año por la presidenta del Gobierno regional, María José Sáenz de Buruaga, sobre el inicio de la demolición a finales del verano anterior. Aunque ha habido retrasos en el proceso de adjudicación del trabajo a la empresa Tragsa, el consejero mantuvo que se esperan cumplir los plazos establecidos.
En su intervención, Pascual no ofreció fechas concretas, pero subrayó la “complejidad” de las tareas que se deben llevar a cabo. En su departamento se indicó que, a pesar de las inclemencias, se está en camino de respetar los plazos programados. La oposición ha manifestado su descontento por lo que consideran demoras y una mala gestión, acusando al gobierno de estar más enfocado en la creación de proyectos como el Parque Científico de la Salud, que en la efectividad de las obras necesarias.
El proceso de demolición comenzará con la desconexión de las redes de servicios urbanos que afectan a los edificios, asegurando que la infraestructura básica no se vea comprometida. Contará también con un sistema de pesaje para gestionar adecuadamente los residuos generados durante la demolición, con especial atención a la fachada del edificio Torre, que será la más desafiante de desmantelar.
A continuación, los trabajos se centrarán en el vaciado manual de las plantas de los edificios, donde se identificarán y tratarán adecuadamente los residuos peligrosos. En la tercera fase, se procederá a la eliminación de materiales compuestos de amianto, un paso crucial en el que ya se han detectado varios elementos a retirar, siendo el más destacado un encofrado en una superficie cercana a los 40,000 metros cuadrados.
Una vez completada la extracción del amianto, se llevará a cabo la demolición estructural, con un volumen de aproximadamente 120,000 metros cúbicos. El derribo del edificio Torre, que se eleva a 50 metros, requerirá el uso de maquinaria pesada especializada, lo que añade un nivel de complejidad al proceso que ha de llevarse a cabo con la máxima seguridad.
Las operaciones de carga, transporte y gestión de los residuos generados se realizarán también en Cantabria, un paso importante para asegurar una solución eficaz a la contaminación derivada de estos materiales. La complicación de manejar residuos de amianto se abordará de manera directa y local, lo que refuerza la respuesta medioambiental del Gobierno regional.
En su comparecencia, Pascual también se dirigió a las inquietudes planteadas por la portavoz del PRC sobre la “crisis interna” en la Consejería, aclarando que no han habido renuncias masivas de altos cargos, aunque admitió que algunos puestos son complicados de cubrir. La búsqueda de talento sigue siendo una prioridad, especialmente con el objetivo de reforzar la atención sanitaria en verano mediante la incorporación de nuevos profesionales.
La confianza en la capacidad de su equipo se reflejó cuando rechazó cualquier supuesta vacante en el ámbito de atención sanitaria y detalló cómo han logrado cubrir posiciones críticas, incluso incorporando personal de fuera de la región. A pesar de los desafíos que enfrenta, Pascual se mostró optimista al afirmar que están trabajando constantemente para corregir lo que no funcione y fortalecer el liderazgo en el área.
Por último, el consejero desmintió las acusaciones de retrasos en los trabajos de protonterapia en el Hospital Valdecilla, asegurando que desde el inicio de las obras no se han detenido. La máquina de protones está en depósito según el contrato, sin costos adicionales, un punto que refuerza su compromiso con el avance eficaz de la sanidad en la región.
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