"Desesperada llamada al 112 de la casera asesinada en Santander: 'Ayuda urgente, me persiguen para matarme'"

SANTANDER, 8 Nov.
Una mujer fue asesinada en su vivienda en la calle Marqués de la Hermida de Santander en febrero de 2022, presuntamente a manos del hombre que había acogido en su casa. Sin embargo, antes de su muerte, logró avisar al Servicio de Emergencias 112 Cantabria de la situación de peligro en la que se encontraba.
La casera, de 69 años, rogó desesperadamente: "Por favor, vengan rápido". En una llamada telefónica, indicó que la tenían "atada y amordazada casi. Me quieren asfixiar y matar". En la llamada, la mujer aseguró que no podía "hablar muy alto" debido a que su agresor podría escucharla y expresó su miedo hacia la persona a la que había alquilado la habitación.
La llamada de emergencia se realizó a las 2.40 horas, y la víctima falleció alrededor de las tres de la madrugada, asfixiada por la presión ejercida sobre sus vías respiratorias con una tela u objeto blando, como una manta, almohada o cojín.
Los bomberos, requeridos por la Policía, llegaron a la vivienda y encontraron a la mujer en parada cardio respiratoria. A pesar de realizar maniobras de reanimación durante 25 minutos, no pudieron salvar su vida.
La tercera jornada del juicio con jurado contra el acusado, un hombre de 39 años, reveló estos detalles. El fiscal, que presentó sus conclusiones definitivas, solicita 20 años de cárcel por asesinato.
Por su parte, la acusación particular, representada por dos hijas de la víctima, ha revisado su petición inicial y solicita 25 años de prisión por el mismo delito, en lugar de la prisión permanente revisable.
En el juicio, que se lleva a cabo en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, se reprodujo la llamada que la mujer hizo al 112 y su derivación a la Policía Nacional. Durante la llamada, la víctima también suplicó a la Policía que "vinieran corriendo" y proporcionó la dirección del piso.
Además de la llamada, se presentaron pruebas periciales en la sesión. Se incluyeron testimonios de los forenses que realizaron la autopsia al cuerpo, los expertos que analizaron las muestras recogidas en la escena del crimen y aquellos que examinaron al sospechoso.
Los expertos señalaron que el sospechoso tenía una dependencia a las drogas, especialmente a la cocaína, consumiéndola en cantidades elevadas durante muchos años. Sin embargo, no se encontraron afectadas sus capacidades cognitivas, volitivas ni se diagnosticó ningún trastorno mental grave. Aunque señalaron que el acusado tiene "conductas arriesgadas", aclararon que esto es más una "forma de ser" que un trastorno en sí.
((Habrá ampliación))
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