
Un innovador proyecto realizado por un equipo de investigación del Instituto de Investigación Valdecilla (IDIVAL) y la Universidad de Cantabria (UC) ha dado un importante paso en el ámbito de la nanomedicina. Este trabajo se centra en una técnica de liberación selectiva de quimioterapia que promete minimizar los efectos adversos sobre células sanas, abriendo nuevas puertas en el tratamiento del cáncer.
La investigación, que ha mostrado resultados preclínicos alentadores y ha sido publicada en la influyente revista 'Small', introduce un enfoque personalizado en la administración de quimioterapia a través de nanopartículas diseñadas para atacar exclusivamente los tumores. Esto marca un avance significativo en los tratamientos, sobre todo en el caso del melanoma maligno, donde la precisión y la eficacia son cruciales.
Utilizando nanopartículas de sílice, el equipo liderado por el Grupo de Nanomedicina de IDIVAL y la UC ha logrado desarrollar una estrategia terapéutica de alta precisión. Esta metodología permite encapsular y liberar medicamentos anticancerígenos de manera controlada, lo que evita los efectos secundarios que normalmente acompañan a la quimioterapia convencional, según indica un comunicado del Gobierno de Cantabria.
El estudio se basa en una tecnología patentada que permite la encapsulación de ácidos nucleicos en nanopartículas. En colaboración con el grupo de Química de Ácidos Nucleicos del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC), la investigación se ha centrado en un oligonucleótido diseñado como un profármaco inteligente. Este enfoque innovador permite liberar hasta diez moléculas del potente agente quimioterapéutico 5-fluorouracilo (5-FU) por cada unidad administrada, superando las limitaciones del uso convencional de este fármaco.
Uno de los grandes retos que enfrenta la quimioterapia es la rápida degradación y los efectos secundarios de los medicamentos en el organismo. Sin embargo, gracias al recubrimiento de las nanopartículas con proteínas específicas, los científicos han conseguido dirigirlas hacia los vasos sanguíneos que nutren los tumores, maximizando la efectividad del tratamiento.
Los resultados obtenidos en modelos murinos de melanoma maligno son prometedores, mostrando una reducción del tamaño del tumor de hasta un 50% tras solo tres administraciones intravenosas del tratamiento. Este avance ofrece la posibilidad de desarrollar nuevas terapias oncológicas que sean más eficaces, personalizadas y menos tóxicas.
El proyecto ha recibido el respaldo financiero del Instituto de Salud Carlos III y desde IDIVAL se están explorando activamente las aplicaciones biomédicas de esta tecnología, con la intención de establecer colaboraciones estratégicas que permitan avanzar en el desarrollo de este tipo de tratamientos innovadores para el cáncer.
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