Los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) habían convocado una huelga de ocho días que incluía los fines de semana del 13 y 14, 20 y 21, y los días 24, 25, 26 y 27 de mayo, pero debido a que la Dirección General de Trabajo no recibió la comunicación de su convocatoria, la huelga tendrá que retrasarse.

Así, la huelga se reducirá a cinco días y comenzará el 23 de mayo en lugar del 13, según lo notificado por el sindicato CSIF y la asociación aSUAP, quienes necesitaban notificar a la autoridad laboral con al menos diez días de antelación.

De hecho, la protesta debía haber sido cancelada después de que la Dirección General de Trabajo emitiera una comunicación tras la publicación de los servicios mínimos que la Consejería de Sanidad había fijado para la huelga, advirtiendo de que no tenía constancia de la convocatoria y que debería ser cancelada.

El sindicato justificó que Trabajo no había recibido la notificación debido a un "error informático", asegurando que está intentando investigar por qué su comunicación no llegó a tiempo, explicó Margarita Ferreras, presidenta del sector de Sanidad de CSIF, a Europa Press.

CSIF considera que el aplazamiento de la huelga es una oportunidad para continuar negociando con Sanidad las reivindicaciones que los han llevado a tomar esta medida de presión.

Ferreras dijo que "está en manos de la Administración" evitar la huelga retomando el contacto con los profesionales, lo que fue interrumpido desde la última reunión que mantuvieron ambas partes el lunes 8 de mayo. Los trabajadores de las urgencias en Atención Primaria quieren medidas como la instauración de la figura del celador en todos los SUAPs en horario completo, la renovación de sus uniformes, formación específica en urgencias, el cambio de las cantidades que perciben por exceso de jornada estructural y otras cuestiones relacionadas con la retribución, pero el detonante de sus movilizaciones ha sido la posibilidad de quedarse sin vacaciones por la falta de profesionales que cubran sus puestos.