SANTANDER, 24 Nov. - Un hombre de 45 años acusado de abusar sexualmente de una menor de 15 años, a quien conoció a través de una aplicación en línea, ha admitido los cargos y se ha conformado con una pena de cinco años de prisión, en lugar de los 11 solicitados inicialmente por la Fiscalía. Además, el acusado ha indemnizado a la víctima.
El juicio estaba programado para esta mañana en la Audiencia Provincial de Cantabria, pero al comienzo del mismo, la acusación particular presentó un escrito informando que la víctima había sido compensada económicamente. Esto permitió que la fiscalía, la acusación particular y la defensa llegaran a un acuerdo.
Después de conocer el acuerdo, el tribunal emitió una sentencia firme en la que condena al acusado por un delito continuado de abuso sexual contra una menor de dieciséis años, con la concurrencia de las circunstancias atenuantes de reparación del daño y analogía de toxicomanía y alcoholismo.
Además de los cinco años de prisión, se le ha prohibido acercarse y comunicarse con la joven, quien ahora es mayor de edad, durante un período de diez años. También se le impuso una medida de libertad vigilada durante seis años y se le inhabilitó para cualquier trabajo que implique contacto con menores durante diez años.
El acusado ha reconocido que estaba al tanto de la edad de la chica y la persuadió, aprovechando su difícil relación con su madre, para que se trasladara con él a Gijón, donde residía. Una vez en su casa, mantuvieron relaciones sexuales con penetración vaginal.
En los meses siguientes, continuaron la relación y el acusado le proporcionó dos teléfonos móviles para evitar que su madre impidiera los contactos. En una ocasión, cuando la menor estaba en una "situación de crisis emocional" e incluso dejó una carta de despedida para su familia, el acusado la recogió de madrugada y se fueron en coche a Gijón, donde tuvieron relaciones sexuales orales y vaginales sin protección, aprovechándose de la corta edad de la menor y su estado emocional.
Ante la denuncia de desaparición presentada por la madre de la víctima y sabiendo que estaba siendo buscado, el acusado le pidió que no revelara los encuentros sexuales que habían tenido.
Posteriormente, la madre de la menor denunció las relaciones íntimas entre ambos, lo que llevó al proceso judicial actual, en el que se acordó como medida cautelar la prohibición para el acusado de comunicarse y acercarse a la menor. Esta medida ahora se ha convertido en una condena.
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