La educación obligatoria en Cantabria sufre una drástica caída de 3.000 estudiantes en cinco años, con la mitad de la pérdida ocurrida en el último curso.

El Gobierno de Cantabria ha decidido implementar una serie de medidas para contrarrestar la notable disminución de matriculaciones que ha experimentado la educación obligatoria en la región. Con cerca de 3.000 alumnos menos en los últimos cinco años, y una caída considerable en el último curso académico, las autoridades están decididas a actuar para mejorar la situación.
Santander, 21 de julio. En el curso 2024-2025, se ha observado un descenso significativo de estudiantes en las aulas cántabras. En respuesta, el Ejecutivo ha establecido la reducción de ratios en las clases de 2º de Primaria, pasando de 25 a 20 alumnos por aula, y continuará aplicándose en 3º de Primaria en el próximo año escolar.
El consejero de Educación, Formación Profesional y Universidades, Sergio Silva, ha señalado que este fenómeno no es un caso aislado. En un periodo de cinco años, la comunidad educativa ha visto una reducción del 6% en el número de estudiantes, disminuyendo de 49.372 alumnos en el curso 2020-2021 a solo 46.473 en el último año académico.
Este año, el descenso también ha tocado a la educación Secundaria, que ha perdido 467 estudiantes, lo cual evidencia que la problemática afecta a más de un nivel educativo. Silva indicó que este descenso es una constante que, aunque se está compensando con un aumento en la matrícula de Formación Profesional, sigue siendo un claro reflejo de la baja natalidad en la región.
La tasa de natalidad en Cantabria ha caído a alrededor de 3.000 nacimientos anuales, una cifra que contrasta con los aproximadamente 5.000 que se registraban en años anteriores. Conscientes de esta realidad, el Gobierno cántabro y la Consejería de Educación están tomando decisiones proactivas para mitigar el impacto y mejorar la calidad educativa.
Además de las reducciones en las ratios de Primaria, Silva destacó que se han llegado a acuerdos para abordar esta disminución de estudiantes en la etapa de Educación Infantil, evidenciando el especial impacto en las primeras etapas del sistema educativo.
A pesar de este descenso en las matriculaciones, el número de docentes ha aumentado en 128 durante el último curso, con un enfoque especial en la Educación inclusiva. "Es fundamental dirigir nuestros esfuerzos hacia los estudiantes que más lo necesitan", afirmó Silva, aludiendo a la importancia de contar con profesionales en áreas como Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica.
Silva también advirtió que la baja natalidad es una tendencia que marcará el futuro inmediato del sistema educativo y que deberá influir en la planificación de la plantilla docente. "Es vital ser conscientes de esta realidad y absorber su impacto de manera inteligente, utilizando esta oportunidad para mejorar la calidad educativa", concluyó, subrayando la necesidad de adaptarse a estos números.
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