Decenas de personas se unieron a una concentración en Laredo convocada por los familiares de las víctimas del naufragio del Vilaboa Uno, un hecho trágico que tuvo lugar hace seis meses frente a la costa de Santander. En esta protesta, el alcalde Miguel González y otros representantes municipales mostraron su apoyo a las familias y su solicitud de reflotar el barco, que se encuentra a 114 metros de profundidad.

Según los organizadores, los dirigentes públicos presentes se comprometieron a ayudar a los familiares del fallecido a concertar una reunión con las autoridades pertinentes para agilizar el proceso de defunción.

Esta concentración se lleva a cabo al mismo tiempo que las familias inician una campaña de recogida de firmas para exigir el reflote del barco pesquero naufragado. Su objetivo es recuperar el cuerpo de uno de los fallecidos y esclarecer las causas del hundimiento.

Estas familias argumentan que existe un contrato de Salvamento Marítimo que contempla la intervención bajo estas circunstancias, utilizando un sistema de buceo especializado capaz de operar hasta a doscientos metros de profundidad.

Los hijos del desaparecido han expresado su decepción con los políticos, recordando las "promesas" que se hicieron después del accidente y acusándolos de haberlas "olvidado". Insisten en que hay medios disponibles para descender al barco y recuperar el cuerpo de su padre, dándole finalmente el descanso que merece.