La geolocalización de dispositivos móviles y los vídeos de cámaras de seguridad sitúan al procesado en el lugar y hora de los hechos.

SANTANDER, 9 Sep. - El conductor investigado por el atropello mortal de un ciclista el pasado febrero en Torrelavega circulaba por el carril contrario al sentido de su marcha y a una velocidad superior a la permitida en la vía.

Según los agentes encargados del atestado, el automovilista iba a una velocidad comprendida entre los 57,89 y 69,53 km/h, cuando la velocidad permitida era de 50 km/h.

El conductor de 20 años se dio a la fuga tras el accidente y, posteriormente, fue identificado y localizado en su domicilio, quedando en libertad provisional.

El juez instructor ha dictado el auto de transformación de las diligencias previas en procedimiento abreviado, considerando que los hechos pueden constituir un delito de homicidio causado por imprudencia grave, contra la seguridad vial y abandono del lugar.

Las pesquisas realizadas hasta ahora incluyen la geolocalización de los dispositivos móviles y los videos obtenidos en la investigación policial.

Según las compañías de telefonía móvil, el sospechoso estaba en el lugar de los hechos entre las 7:13 y las 7:44 horas, según indica la ubicación de las antenas a las que se conectó.

En la inspección en el lugar del accidente se encontraron restos de un vehículo y de la matrícula, así como una huella de neumático compatible con un derrape del coche.

No hay indicios de maniobras evasivas por parte del ciclista ni del conductor.

El conductor fue localizado en su casa y presentaba pequeños cortes en la nariz compatibles con el accidente.

En su declaración ante el juez, el conductor afirmó no recordar nada y alegó haber estado consumiendo alcohol en bares de Santander durante la noche anterior.

El vehículo implicado fue encontrado más tarde con daños y desperfectos, y con la ITV caducada.

El ciclista, de 66 años y vecino de Torrelavega, falleció mientras era llevado al hospital debido a las graves lesiones sufridas.