Un incidente alarmante tuvo lugar recientemente en Santander, donde un perro mordió a un niño de siete años en la calle Cardenal Cisneros, lo que ha generado preocupación entre los ciudadanos y ha puesto de relieve la importancia de la responsabilidad de los dueños de mascotas.

En este caso, la propietaria del perro, una mujer de 39 años, fue identificada por las autoridades después de que su mascota causara lesiones al menor. El incidente se produjo el domingo alrededor de las 15:30 horas y, según informes, la mujer no llevaba controlado a su animal con correa durante un paseo por la vía pública, lo que desató el ataque.

La Policía Local de Santander no solo se ha hecho eco de este desafortunado evento, sino que también ha llevado a cabo una serie de intervenciones a lo largo del fin de semana. Desde su llegada al camping en la Avenida de la Virgen del Mar, donde tres jóvenes, dos de 16 y uno de 17 años, fueron denunciados por comportamientos perturbadores a altas horas de la madrugada, hasta la detección de 41 infracciones relacionadas con el consumo de alcohol en la vía pública.

Además de estos episodios, se han presentado multas contra dos establecimientos hosteleros, uno en la calle La Horadada por carecer de la licencia necesaria y otro en la Avenida Manuel García Lago por no contar con un cartel visible que anunciara su apertura. Este tipo de supervisión es fundamental para asegurar el cumplimiento de las normativas y el bienestar de la comunidad.

Por último, la Policía también tomó cartas en el asunto al recibir quejas relacionadas con ruidos excesivos. Se sancionó a dos propietarios de viviendas por molestias generadas en sus respectivas localidades. Una intervención tuvo lugar en la calle Rogelio de Egusquiza cuando un joven de 20 años fue denunciado por música alta y ruidos, mientras que un hombre de 63 años también recibió una multa en el Paseo de Altamira por ocasionar disturbios nocturnos.