El 24 de octubre, en Santander, la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, expresó su descontento en relación con los retrasos en la llegada de los nuevos trenes de Cercanías, prometidos por el Ministerio de Transportes. Buruaga denunció el "engaño" que representa la situación actual, ya que se ha confirmado que los primeros convoyes no estarán en servicio hasta el año 2027, a pesar de las expectativas iniciales de contar con ellos en 2026.
Durante una rueda de prensa, Buruaga enfatizó que las noticias sobre el aplazamiento eran algo que ya se había anticipado, explicando que, tras las declaraciones del presidente de Renfe, Álvaro Fernández, quedó claro que los plazos se habían incumplido. La revista especializada 'Trenvista' fue la primera en reportar que la fecha de entrega se había pospuesto un año, lo que ha generado un creciente malestar entre los ciudadanos.
La presidenta no escatimó en críticas hacia los responsables, argumentando que ha existido una falta de transparencia y una "escurrienda" de responsabilidades en toda esta situación. Según ella, la realidad ha salido a la luz: "retraso tras retraso y engaño tras engaño" por parte de quienes habían garantizado que el servicio se mantendría en los plazos acordados.
Buruaga también citó una carta enviada recientemente por el consejero de Fomento, Roberto Media, al presidente de Renfe. En este escrito, se expresa la inquietud del gobierno regional reiterando la importancia de un calendario claro para poder gestionar adecuadamente las expectativas sobre el nuevo material rodante.
Además, se solicitó una visita a las instalaciones donde se están fabricando los trenes para verificar el progreso de los trabajos y obtener respuestas concretas acerca de los posibles retrasos en la producción. La preocupación radica en que estos contratiempos tienen un impacto directo en la vida de los ciudadanos cántabros, que dependen de este servicio de transporte.
Buruaga, visiblemente frustrada, aseguró que no se quedará de brazos cruzados ante esta situación y pidió responsabilidades al gobierno por la insatisfacción generalizada generada por esta serie de incumplimientos. "Este Gobierno no va a aceptar más engaños", sentenció.
En respuesta a las críticas, el delegado del Gobierno en Cantabria, Pedro Casares, no se comprometió a una fecha precisa, pero reafirmó que el objetivo del Gobierno de España sigue siendo completar la fabricación de los trenes en 2026. Además, recordó que bajo gestiones anteriores, no se había avanzado en la licitación de ninguno de estos contratos durante seis años.
Casares subrayó que hasta que los nuevos trenes estén plenamente operativos, los servicios ferroviarios de Cercanías serán gratuitos para todos los cántabros, una medida que buscan paliar la espera mientras se concluye el proceso de fabricación. Hizo hincapié en que es responsabilidad de la empresa adjudicataria cumplir con los plazos establecidos.
El delegado del Gobierno también agregó que es importante mantener un tono constructivo en estas conversaciones y que el verdadero esfuerzo está siendo realizado por el Gobierno de España, que está llevando adelante un compromiso para renovar la flota de trenes, en una situación que se ha visto afectada por contratiempos en la ejecución.
Ambos líderes hicieron estas declaraciones en la inauguración de la rehabilitación del Barrio Obrero del Rey de Santander, un evento que también busca mostrar el compromiso con las comunidades locales.
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