
La situación de la gripe aviar en Cantabria se torna cada vez más preocupante, con un total de tres casos confirmados en aves silvestres. De estos, dos de ellos han sido clasificados como de alta patogenicidad. El primer caso se detectó a finales de septiembre en Castro Urdiales, seguido de los recientes hallazgos en gaviotas en Laredo y Santoña, con fechas de recogida el 5 y el 7 de octubre, respectivamente.
La Consejería de Desarrollo Rural, encabezada por María Jesús Susinos, ha detallado que estas aves fueron recolectadas por personal del Medio Natural, siguiendo los protocolos de vigilancia implementados por el Ministerio de Agricultura. Los análisis realizados en el laboratorio de referencia en Algete, Madrid, confirmaron la presencia del virus.
La consejera ha elogiado públicamente el esfuerzo de los propietarios de granjas avícolas, señalando que su colaboración es crucial para evitar que el virus se propague. Hasta el momento, la vigilancia ha resultado efectiva, ya que no se han registrado casos en explotaciones avícolas domésticas en la región.
Susinos también ha subrayado que, aunque el sistema de vigilancia actual está funcionando adecuadamente, es fundamental mantener la alerta ante el comportamiento errático de las enfermedades emergentes. La detección temprana del virus es esencial en la lucha por contener su propagación.
En este contexto, la Consejería reitera la importancia de seguir el protocolo establecido, que incluye medidas como evitar el contacto con aves silvestres y reforzar la vigilancia en granjas y áreas naturales. Asimismo, se insta a que cualquier signo de enfermedad en las aves sea reportado de inmediato a la Oficina Comarcal Agraria de Gama.
El Ministerio también ha impuesto restricciones severas, como la prohibición del uso de ciertas especies de aves como señuelo y la cría de patos y gansos junto a otras aves de corral. Las aves deben ser alimentadas y abastecidas de agua en espacios cerrados para minimizar el riesgo de contacto con aves silvestres.
Por otro lado, se establece la prohibición de concentraciones de aves de corral en eventos públicos, así como de exhibiciones que incluyan aves cautivas. Estas medidas se aplican especialmente en las zonas designadas como de “especial riesgo”, que abarcan municipios del Parque Natural de las Marismas de Santoña y áreas cercanas.
Las autoridades han identificado también áreas de “especial vigilancia” que incluyen varios municipios, con el fin de intensificar los esfuerzos preventivos. En el caso de que alguna persona encuentre un ave muerta o en mal estado, se recomienda contactar de forma inmediata con los servicios de emergencia o con la guardería de Montes, destacando la importancia de no tocar al animal.
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